¿Cómo Sanar la Tristeza?: Una Mirada Científica y Espiritual
¿Qué es la Tristeza?
La palabra tristeza proviene del latín ‘depressio’ donde su significado se traduce como “que está hundido”. Desde esta perspectiva suena lógico preguntarse ¿qué está hundido?, puede decirse que lo contrario a la tristeza es la alegría, entonces la tristeza es un estado en donde la alegría esta “hundida”.
A nivel científico esta definición tiene mucho sentido, uno de los hallazgos en neurociencia sobre la felicidad es que esta se da generalmente cuando un neurotransmisor llamado Serotonina se produce en alta cantidad. Este es generado en el cerebro cada vez que llevamos a cabo una actividad placentera en el momento presente, por ejemplo, salir a caminar, comer nuestro helado favorito, leer un libro, estar con personas que queremos etc. Ojo, solo se produce cuando hacemos algo en el presente ya que, si estamos haciendo planes a futuro y nos sentimos “felices” por esos planes, esto NO produce serotonina sino dopamina; otro de los comúnmente llamados químicos de la felicidad.
No es sorpresa entonces observar que algunos estudios han encontrado que personas con altos niveles de tristeza tienen bajos niveles de serotonina. Entonces es como si la tristeza viniera así mismo como consecuencia de serotonina “hundida”.
Cabe resaltar que por supuesto la tristeza es una de las emociones básicas que experimentamos como seres humanos en momentos de nuestra vida y es completamente normal sobre todo si estamos enfrentándonos a situaciones de pérdida, ejemplo: Pérdida de trabajo, de un ser querido, de una pareja etc. La dificultad ocurre cuando la tristeza se convierte en algo constante sin razón aparente.
Como fue mencionado anteriormente la serotonina se produce cuando estamos en total conexión con el presente. De forma similar, desde una perspectiva budista se sostiene que la felicidad se logra cuando estamos conectados con el momento presente o en atención plena (mindfulness).
La razón psicológica por la que sentimos tristeza
Curiosamente, a nivel psicológico la tristeza generalmente ocurre porque estamos enfocados o en el pasado o en el futuro, rumiando sobre lo que tuvimos o fuimos y ahora ya no o sobre lo que quisiéramos tener o ser y no lo tenemos. Se experimenta un constante descontento porque pensamos que las cosas sencillamente “deberían ser” diferentes. Si nos ponemos a pensar por un segundo lo que implica esta afirmación, nos daremos cuenta que detrás de ella hay ego:
Nosotros queremos que las cosas sean diferentes, en otras palabras, queremos que nuestra situación se dé como nosotros queremos... porque “lo que YO quiero es lo que YO debería tener, y las cosas deberían darse como YO deseo”. Es de esta forma que ocurre una completa desconexión entre lo que es y lo que CREEMOS que “debería ser”, básicamente nos enfocamos en negar el presente y centrarnos en un ideal inexistente.
Es por esto, que solamente cuando logramos aceptar las situaciones tal y como son es cuando conectamos con el presente. Por supuesto esto No significa que no luchemos por cambiar nuestra situación actual o que evitemos desear un cambio, por lo contrario, el cambio es el constante de la vida. Debemos luchar por cambiar la situación que queremos que mejore, pero si no se da tal cual como YO quiero, ¡está bien y agradezco! Y de la misma forma, si las cosas no se dieron como YO pienso que se deberían haber dado, ¡está bien y agradezco!, esto es lo que en psicología se conoce como aceptación radical.
Es importante mencionar que a nivel científico se ha demostrado que cada emoción tiene una función. En particular la tristeza nos da una clara señal de cuando nuestras necesidades no están siendo satisfechas o cuando nos encontramos en desconexión con nuestra propia esencia.
¿Qué es la negatividad en realidad?
Es por esto, que toda emoción considerada “negativa” es en realidad una forma en que nuestro cuerpo nos muestra que hay algo que cambiar ... algo que transformar. Así mismo, desde la perspectiva sufista el sufrimiento es un vehículo para nuestro crecimiento espiritual ya que este nos lleva directamente hacia el amor divino. ¿Y cómo ocurre esto?
La mejor manera de entenderlo es por medio de nuestra propia experiencia y para esto usaré el siguiente ejemplo: Piensa por un momento algún valor o creencia muy arraigada que tu tengas, algo que tu muy adentro sabes que “jamás le harías a alguien”, puede ser algo como “jamás le sería infiel a alguien”, o “jamás le pegaría a mis hijos” etc. Si tu reflexionas, te darás cuenta de que muy seguramente eso que “jamás le harías a alguien” lo llevas contigo porque te lo hicieron a ti.
Tu recibiste las consecuencias de ese acto y sufriste el dolor y daño que eso te causo, es por eso por lo que no lo harías... porque conoces el dolor que eso causa.
De igual forma, cuando conoces a otra persona que sufrió algo similar a lo que tu sufriste, inmediatamente sientes esa compasión y amor por esa persona, eso solo ocurre porque tu conoces muy bien el dolor que siente el otro ya que tú lo viviste... es así como el dolor nos lleva de forma muy efectiva al verdadero amor.
Cuando aprendemos a transformar nuestras experiencias dolorosas en amor y compasión hacia otros y hacia nosotros mismos, es ahí cuando conectamos con el amor divino.
Para Resumir la Tristeza la podemos Sanar Cuando:
Nos conectamos con el momento presente por medio de actividades que nos llenen de paz y alegría.
Llevamos una práctica de atención plena (mindfulness).
Trabajamos la aceptación radical y cambiamos el “debería ser” por el “está bien; gracias”.
Conectamos con nuestro propio dolor para no causarle ese dolor a nadie mas.
Transformamos nuestra tristeza en compasión y amor hacia otros que también están
sufriendo para así conectar con el amor divino.